Valle Edén (parte 2)

Nuevamente crucé el arroyo que debe su nombre al árbol llamado Quillaja,  responsable por la espuma jabonosa de las aguas. Durante años, la maceración de esta planta nativa, fue utilizada para lavar prendas oscuras, como sombreros de fieltro, en su área de distribución, por los pobladores locales.  Me dirigía al sitio conocido como Las Marmitas, distante a algo así como 7km del puente sobre el Jabonería, para ver de qué se trataba este particular rincón geológico que sólo conocía por fotos.  Mucho tiempo después supe cómo se formaron aquellos kettles o marmitas de gigante. (1).  Estos huecos en la arenisca, salvo en tiempos de sequía, forman pequeñas piscinas en el cauce de un pequeño curso de agua afluente del Jabonería.

La caminata no tuvo desperdicio. Mientras mi cuerpo se desplazaba, mi mente también viajaba en las luces y sombras de la mañana de incipiente primavera serrana.dscn3672-2En el camino me encontré con viejos conocidos, como teros, calandrias, horneros, pecho amarillos, músicos, dorados y mistoscardenales azules y de copete rojo, viuditas, zorzales, sabiás, y los omnipresentes chingolos, entre otros. Como luego comentamos en el campamento, sucede que, muchas veces, por resultarnos comunes, prestamos poca atención a las aves que cotidianamente pueden observarse en casi cualquier rincón del Uruguay. Cuando un ornitólogo, o biólogo especializado en otra área, y también personas con otra, o sin, formación académica, llegan de países con fauna diferente, no es raro que se maravillen con los colores del tero, su coraje y juego de equipo, con la habilidad para construir, propia del hornero que está entre los máximos exponentes de la evolución en nidos, la capacidad para imitar cantos de otras aves y sonidos en general de la calandria y con la compleja elaboración musical de los pájaros del monte nativo. Por eso, es importante detenerse en detalles, ya que, hilando un poco más fino, el más perceptivo observador encontrará siempre nueva información, íntimas relaciones y actividades sorprendentes entre los organismos que la naturaleza desarrolló, por ensayo, error y acierto, durante los últimos 4mil millones de años.

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Lechucita de Campo

Las aguas limpias de los arroyos y cañadas de la zona, son perfectamente potables. Como lo sabía antes de salir, no necesite llevar una botella y pude beber directamente de un cauce y volver a hacerlo en el siguiente, sin sentir sed en todo el trayecto.

Aunque cada vez veo más cosas que antes no veía, sé que soy ciego para la mayoría. Por eso a veces busco ente los pastos, las ramas o las hojas y otras veces cierro los ojos para tratar de encontrar algo con el oído o el olfato.  Esta vez, tanto intenté concentrarme en el sonido, que me dormí profundamente con el susurro del agua como arrullo.

Una hora después me desperté y tuve que pensar un par de veces antes de recordar dónde estaba. Cuando recuperé la lucidez, me comí las provisiones que llevaba para la caminata y emprendí el retorno. Si bien en el llano también es evidente, en la sierra los cambios en los colores por la influencia de la posición de la Tierra con respecto al Sol, según la hora del día, producen ilusiones tales que el paisaje puede cambiar sin que uno tenga que moverse.

Cuando ya faltaba poco para estar de nuevo en el punto de partida, divisé en el campo una bandada de ñandúes que se alimentaban entreverados con algunas ovejas. Ya los venía viendo, de a uno o dos animales desde el Batoví, pero no sabía que más adelante en el viaje vería la cantidad que vi.  Pasé el alambre y los seguí despacio, manteniendo una distancia para no espantarlos y que al mismo tiempo me permitiera tomarles una foto limpia.nandues-1Estuve un buen rato caminando y deteniéndome al ritmo de la segunda ave, aún viviente, más grande del mundo, como lo había hecho en Treinta y Tres y como lo volví a hacer, ya en Salto, después.

Al día siguiente tenía pendiente la última vuelta antes de volver a poner la moto sobre el camino, así que temprano salí para el lugar. No me costó levantarme, a pesar de que en la noche había estado intentando observar a los murciélagos que cazaban insectos alrededor de las luces del camping. Nuevamente los muchachos me explicaron como hacer. Subí el cerro siguiendo la cañada que bajaba desde la cima. Me habían dicho que el agua caía en la entrada de la pequeña cueva y que también podía subir por uno de sus lados a la cima para mirar desde arriba.dscn3725-2

No solamente me gustó el ascenso, sino que me puse muy contento al encontrar, sobre el cerro, varias islas de árboles llenas de pequeñas aves de monte. Pasé un buen rato intentando fotografiar a la hembra de Achará que andaba entre el follaje, entrando y saliendo de su nido. También vi al fío-fío, al pitiayumi y al arañero.  En un momento, me encontré siguiendo a un pájaro azul, pero siempre tengo presente la moraleja del libro de Maeterlinck, al respecto. Aquel que inspiró la película que, de niño, vi varias veces.dscn3782-3

Además de aves, nuevamente encontré mucha belleza pequeña en el pasto y las piedras. Atento a mis movimientos, andaba un habitante exótico e invasivo, muy extendido por toda la región.

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Liebre. Fauna introducida.

Había llegado el momento de despedirme de tantas buenas personas que encontré en esta localidad del norte uruguayo. Muchos abrazos e intercambios de contactos antes de desarmar el campamento, volver a atar todo en la moto y salir a buscar algunas nuevas experiencias que pretendía encontrar, volviendo a Tacuarembó para tomar la ruta 31 con dirección a Arerunguá. Y así fue!


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(1)Haciendo click AQUÍ se accede en pdf al resumen completo elaborado por el Prof. Jorge S. da Silva (Museo de Geociencias de Tacuarembó), en el que explica el origen de Las Marmitas de Valle Edén de una manera muy fácil de entender, como se percibe en el siguiente extracto:

«Estas marmitas de gigante consisten en un conjunto de huecos ubicados en el cauce de un arroyo, horadados en las areniscas eólicas, por la acción de los cantos rodados movilizados por las torrentosas aguas de las ocasionales crecientes, las que son provocadas por lluvias torrenciales.«

4 comentarios en “Valle Edén (parte 2)

  1. Excelente el relato y acompañado de las fotos, se siente como si uno estuviera realizando la caminata, quedándose dormido, y despertando para apreciar el paisaje. Muchas gracias! Seguiremos de cerca más publicaciones.

  2. En agosto 2020, con imágenes del verano anterior, publicamos esta pequeña «publicidad» para promover el emprendimiento Valle Edén Paseos, de mi amigo Hugo. Espero que les guste. No duden en contactarlo para conocer en profundidad los secretos del Valle.

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